Como sabemos, una buena gestión del riesgo de liquidez es un aspecto crucial para el adecuado funcionamiento de las IFIs y ha sido clave para para enfrentar escenarios de estrés en el pasado. En esa línea, en el mes de Junio 2023 la SBS emitió la prepublicación del nuevo reglamento para la gestión de riesgo de liquidez, el cual se encuentra en proceso de recepción de opiniones del público en general, con plazo máximo hasta el 31 de agosto.
¿Qué estaría cambiando?
La principal modificación propuesta es la incorporación de un indicador de cálculo llamado el Ratio de Financiación Neta Estable (RFNE), que forma parte de los estándares internacionales del Comité de Basilea III. El RFNE es una relación entre la financiación estable disponible y la financiación estable requerida, y siempre deberá ser mayor al 100%.
En términos generales, la Financiación Estable Disponible es la proporción del patrimonio y pasivos de la IFI que se proyecta sean estables en el plazo de un año. Para ello, estos se clasifican y ponderan en base a su estabilidad relativa, basada en sus vencimientos contractuales (los pasivos de largo plazo se consideran más estables que los de corto plazo); y su propensión a ser retirados o cancelados por los acreedores (los pasivos provenientes del sector minorista son considerados más estables que aquellos provenientes del sector mayorista).
Por su parte, la Financiación Estable Requerida comprende los activos y contingentes (exposición fuera del balance) de la IFI que se deben financiar. El monto requerido está en función a sus características de perfil de riesgo de liquidez y vencimiento residual, aplicándoles en base a ello un factor de ponderación. Por ejemplo, activos disponibles libres de carga tienen un factor de 0%, lo que significa que no requieren de financiamiento estable, mientras que créditos reestructurados, refinanciados, vencidos y en cobranza judicial, se les asigna un factor del 100%.
Financiación estable disponible / Financiación estable requerida > 100%
El objetivo de monitorear este indicador es fomentar un financiamiento estable y evitar la dependencia de fuentes de fondeo mayoristas y de corto plazo. Además, al considerar las cuentas dentro y fuera del balance (contingentes) busca fortalecer la evaluación del riesgo de financiamiento para todo tipo de exposición. Con este nuevo indicador, el ente regulador busca tener un sector bancario más resiliente que pueda enfrentar de mejor manera escenarios de crisis financieras y alteraciones en las fuentes de financiamiento típicas y así evitar que afecten de manera significativa su posición de liquidez.
¿Cómo impactará a las entidades financieras?
Desde el punto de vista de la financiación estable disponible, este nuevo indicador podría ser un desafío para aquellas IFIs con reducido patrimonio efectivo nivel 1 y 2, y elevada concentración de fondeo mayorista y de corto plazo, pues su financiamiento estable disponible probablemente será comparativamente menor. Así también, aquellas IFIS que administren eficientemente sus activos e inversiones, manteniendo una cartera de buena calidad con plazos acordes al destino financiado, requerirán comparativamente un menor nivel de financiación estable.
En opinión de MicroRate, un análisis a profundidad por parte de las IFIS de cada cuenta del balance será clave para identificar las brechas en su gestión de financiamiento estable, definir estrategias que permitan mitigar estas falencias y lograr adecuarse al indicador mínimo exigido por el ente regulador dentro del plazo de adecuación.
Elaborado por MicroRate